¿Más simple que el mecanismo de un botijo?
No podemos determinar a ciencia cierta el origen de esta pieza, aunque desde época protohistórica son elementos que han sido localizados en contextos arqueológicos de cronología diversa con una amplia diversidad geográfica. La nomenclatura utilizada en la península ibérica es muy amplia, botijo, piche, piporro, pipote, búcaro y un largo etcétera. En la península Ibérica ha sido durante siglos pieza indispensable en el hogar y las actividades del campo y son muchos los alfares que produjeron esta pieza, que fue poco a poco siendo relegada al olvido, de la mano de la introducción de otros materiales como el vidrio, y posteriormente el ahora denostado plástico con la universalización del "usar y tirar" que vino a "modernizar" el clásico uso de este tipo de piezas reutilizables y los productos de uso retornable. A pesar de todo esto, la producción de botijos se ha mantenido en algunas zonas de manera imperturbable, aunque el uso final en muchos casos ha sido más decorativo que práctico.
En mi casa asturiana, desde mi infancia, aunque no en uso, siempre miraba con singular curiosidad los botijos, algunos centenarios, que mi madre atesoraba en una vitrina del salón, herencias de familia que guardaba con cariño. Seguramente de ahí me vino la necesidad de comenzar a coleccionar botijos, de forma que cuando viajaba y me encontraba con alguna zona productora de botijos, no puramente decorativos, terminaban en la estantería de la casa de mi madre. He tenido botijos de muchos lugares, León, Valencia, Asturias, Cataluña..., pero sin duda, como extremeña de adopción, tengo una predilección especial por el Botijo de Salvatierra de los Barros, y de ahí tengo numerosas piezas de diversos tamaños y no precisamente de adorno. Son varias las ocasiones en las que he tenido la oportunidad de ver en directo el proceso productivo de estas piezas tan especiales, que es casi un ritual. Sea como fuere, desde mi primera visita a Salvatierra allá por el 2008, tengo la buena y sana costumbre de usar y regalar botijos, especialmente botijos de Salvatierra por supuesto.
Como arqueóloga sé lo necesario que es tener agua bien fresquita a mano en los días de verano extremeños; recuerdo el día, hace unos cuantos años, en que compré un botijo grande para una excavación que duraría varios meses; los primeros días todos me miraban como si fuera un "perro verde" mientras bebían agua de sus botellas de plástico que congelaban la noche anterior; pocos días después ya no era yo la que tenía que acordarse de llenar el botijo. Y aquí vamos a la pregunta del millón. ¿Es el botijo un elemento tan sencillo como parece?. En realidad no, mediante un proceso más complejo de lo que podríamos esperar, con el aire caliente circundante el botijo consigue un efecto refrigerador a través de la evaporación y exudación de líquido que lo convierte en una auténtica nevera portátil que no consume electricidad. Por lo tanto, el botijo, un invento tan común para nuestros abuelos, seña de identidad de muchos lugares de España, y tan exótico para las nuevas generaciones es la solución perfecta para la lucha contra el cambio climático, entre otras muchas cosas. No solo es relativamente sencillo de producir, es además totalmente degradable, puesto que está formado exclusivamente de barro, siendo por lo tanto cien por cien ecológico y sostenible.
Desde Salvatierra de los Barros se intenta fomentar el uso de este elemento tan especial con diversas acciones desde hace años. En la localidad se puede además visitar el Museo de la alfarería, con una tradición artesana que hunde sus raíces en la Edad Media. Salvatierra sigue siendo también, hoy por hoy, un museo vivo de la alfarería siendo considerada la localidad de España con mayor número de artesanos del barro, aunque son tradiciones con tendencia lamentablemente a su desaparición, por lo que esperamos que los nuevos tiempos creen también nuevas vocaciones a un oficio tan especial que es part de nuestra cultura y patrimonio. Es un placer siempre tener la oportunidad de ver trabajar a estos artesanos en procesos que van desde la elaboración de la pieza en el torno, al característico bruñido (como las piezas del dibujo de la imagen) de las piezas de Salvatierra de los Barros realizado de forma tradicional por las mujeres y que es mucho más que artesanía; es un ritual de una belleza plástica absolutamente hipnotizante. Contribuye a que no solo no desaparezca esta tradición tan nuestra, sino también a un mundo más sostenible y con menos plástico. Pon un botijo en tu vida y por supuesto REGALA BOTIJOS!
Desde aquí queremos felicitar también muy especialmente al Ayuntamiento de Agost en Alicante por la maravillosa campaña que ha iniciado para evitar su desaparición y fomentar su uso, con el lema "Hazte Botijo Lover" y esperemos que muchos otros se animen y entre todos logremos crear la tan necesaria concienciación en la lucha contra el uso y abuso del plástico y la reivindicación del maravilloso botijo. No tenemos el placer de conocer la localidad pero resaltar que Agost también tiene un Museo de Alfarería que esperamos poder visitar en un fututo :).
AMM
*En la ilustración se usa como modelo una pieza de Salvatierra de los Barros. Ilustración científica que muestra el dibujo técnico usado en arqueología para una pieza cerámica en diversas versiones y una explicación resumida y sencilla de la fabricación, función, partes y uso de un botijo.